Desde la escuela nos explicaban que la materia no se crea ni se destruye, solo se transforma: la ley de conservación de la materia. Entonces, cuando perdemos peso, ¿dónde va esa energía en forma de grasa?
En nuestra actualidad, la obesidad se ha convertido en un tema de gran relevancia, ya que trae consigo una cantidad de efectos nocivos para la salud, que van desde dolores lumbares o articulares, hasta relacionarse con diferentes tipos de canceres.
Todos los días escuchamos acerca de la dieta de moda o de aquel producto que garantiza perder peso milagrosamente, pero realmente ¿Que tanto conocemos acerca de la pérdida de peso? para poder separar el mito de la verdad, ¿Cómo es que los carbohidratos y azucares terminan convertidos en grasa? y aun más importante ¿A dónde va la grasa cuando perdemos peso?
En las respuestas a estas interrogantes encontrara los recursos necesarios que le permita perder peso de una forma eficientemente.
Todo empieza por lo que consumimos
Siempre escuchamos hablar de reducir el consumo de azúcar y los carbohidratos cuando necesitamos bajar de peso, pero ¿Porque es tan importante?
Primero, debo aclarar que nuestro cuerpo es “laboratorio” repleto de transformaciones químicas que constantemente ocurren en nuestro organismo y por ello, conocer los elementos químicos, que de forma general contienen tanto los carbohidratos como los azucares, es de crucial importancia para comprender el motivo del aumento o disminución de peso -no se preocupe, porque no vamos a tener una clase de química-
Tanto los azucares como los carbohidratos contiene 3 elementos llamados Oxigeno, Hidrogeno y Carbono en diferentes cantidades de átomos que se encuentra enlazados entre sí, pero hasta aquí lo realmente importante esta en no perder de vista estos 3 elementos –Oxigeno, Hidrogeno y Carbono– ya que forma el eje central de la explicación.
Estos tres elementos son necesarios dentro de las funciones básicas de nuestro cuerpo, para obtener la energía que nos permite respirar, pensar, hacer nuestra digestión, mover músculos, entre otras funciones vitales.
Evidentemente el cuerpo humano es eficiente y requiere de una cierta cantidad de combustible para realizar todas las actividades necesarias que conlleva cada día; por lo que, el exceso de alimentos es convertido en grasa y almacenado en nuestros cuerpos para contar con una reserva de “combustible” en periodos de hambruna, por ejemplo. Recordemos que la evolución humana data de hace miles de años, por lo que este proceso de evolución en su mayoría ha sido en periodos de escasez de alimentos, lo que hace que el cuerpo tienda a acumular con facilidad reservas de energía.
¿De qué está compuesta la grasa?
Ya sabemos que tanto los carbohidratos, como los azucares contienen oxígeno, hidrogeno y carbono y que el exceso de estos alimentos es reservado en nuestro cuerpo en forma de grasa. Ahora bien, recordando la ley de conservación de la materia, es lógico pensar que la grasa esta compuesta por oxígeno, hidrogeno y carbono en diferentes cantidades de átomos y a lo que conocemos como grasa es una acumulación de estos tres elementos.
La esperada respuesta
Justamente aquí vamos a despejar la pregunta inicial ¿A dónde va la grasa cuando perdemos peso?. La respuesta es tan simple como asombrosa. Cuando realizamos actividad física, el cuerpo empieza a hacer una reacción metabólica llamada oxidación de las grasas, por lo que empezamos a notar sudoración y vemos como transpiramos (H2O), mejor conocido como agua. Pero esta es solo una de las formas en las que cuerpo puede convertir la grasa en agua. También lo podría hacerlo cuando orinamos y lloramos por ejemplo. Esta forma de degradación de grasa equivale a un 16% del peso que podríamos perder.
El restante 84%, es transformado en (CO2) o también conocido como dióxido de carbono y expulsado a través de la respiración, lo que convierte nuestros pulmones en el principal órgano excretor de “grasa”.
Entonces, si la grasa se convierte en dióxido de carbono, ¿simplemente respirar más te haría perder peso? Lamentablemente no. Respirar y resoplar más de lo necesario se llama hiperventilación y solo lograrás marearte o desmayarte. La única forma en que puedes aumentar conscientemente la cantidad de dióxido de carbono que tu cuerpo está produciendo es moviendo los músculos.
Conclusiones
La receta para perder peso continúa siendo la misma: comer menos y movernos más, es así como vas a conseguir un déficit de energía que te permita bajar de peso y cualquier proceso de perdida de peso que inicies debería contener este principio para que funcione.
La buena noticia está en que, con el simple hecho de levantarse y vestirse duplicas la tasa metabólica; salir a caminar, cocinar o barrer la triplica.
Cualquier actividad física que te mantenga en movimiento va a ayudarte a bajar de peso, siempre y cuando consuma menos calorías de las que gastas.
Así que cuando una persona pierde 10 kilos de grasa, ya sabes que 8.4 kg fueron expulsados a través de los pulmones y 1,6 kg por medio de líquidos.
Dra. Maricel Muñoz Piedra