Sedentarismo y los efectos directos en la salud

El control de nuestra alimentación como el tipo y cantidad de lo que consumimos, así como la cantidad de energía gastada a través de la actividad física son aspectos están íntimamente relacionados. Es por eso por lo que formar buenos hábitos alimentarios, así como realizar una actividad física nos mantiene saludables y lejos de enfermedades que están ligados a estos dos aspectos

Entre las consecuencias de llevar un estilo de vida poco saludable están las siguientes:

Enfermedades coronarias o cardíacas están relacionada con parámetros de estilos poco saludables y poco o nulo nivel de actividad física. Las enfermedades cardiovasculares y coronarias suponen, junto con el cáncer y los accidentes de carretera, una de las tres mayores causas de mortandad.

La obesidad y el sobrepeso: un estilo de vida activo puede prevenir la obesidad y el aumento de peso que se dan en personas de mediana edad. Además, la actividad física, asociada a una dieta hipocalórica, puede tener un efecto beneficioso en personas que ya son obesas o tienen sobrepeso.

La hipertensión arterial es sin duda uno de los factores de riesgo más importantes para el correcto funcionamiento del del sistema cardiovascular, además los hipertensos físicamente activos y con buena condición física tienen riesgos de mortalidad marcadamente más bajos que los hipertensos sedentarios.

Diabetes tipo 2: la falta de actividad física se asocia de forma directa con la diabetes tipo II y se ha llegado a valorar la incidencia de los hábitos de vida sedentarios como responsable de un 2% las muertes por diabetes tipo II en los Estados Unidos.

El sedentarismo se ha convertido en epidemia, sin embargo, está bien demostrado que la actividad física reduce el riesgo de padecer afecciones cardiacas, diabetes y algunos tipos de cáncer, permite controlar mejor el peso y la salud de huesos y músculo y presenta indudables benéficos psicológicos

Es importante recordarle que la actividad física a realizar debe adaptarse a cada edad y persona, en adultos el mensaje dominante es considerar como actividad física beneficiosa para la salud aquella actividad de intensidad moderada que se realiza diariamente, o casi todos los días, con una duración mínima de 30 minutos.